Es bien cierto que por mucho
que pensemos nada es equiparable a sentir y experimentar en el propio cuerpo
las nuevas experiencias.
A menudo había visto imágenes
de sumisas amordazadas, y me gustaban aquellas que utilizaban cuerdas o ropa
para hacerlo, pero cuando veía la imagen de una mordaza con una bola, me
inquietaba y pensaba: “Ufffffffffffffff, no podría con eso”.
Recuerdo el preciso momento que
la noté en mi boca, tenía los ojos vendados y me ordenó que la abriera, noté su
tacto, estaba agujereada y una correa de cuero la sujetaba a mí, intenté quitármela
pero mis manos se hallaban atadas a mi espalda.
No tenía miedo, me sentía como
siempre muy segura en sus manos, pero esa bola……..
Allí inmóvil sin poder ver, sin
poder hablar, sentí como poco a poco la saliva se acumulaba en mi boca e intenté
tragarla pero no podía y empezó a caer, y fue en ese preciso momento cuando me
sentí liberada, cuando dejé de luchar contra mi deseo, y me entregué al suyo,
Su deseo de ver a su “gosseta” babeando de pasión, de lujuria, y disfruté, disfruté al sentir como
se derramaba, al oírle decir como le gustaba verme así, y gocé al sentirme allí
expuesta, sin poder controlar mi propio cuerpo porque el control era suyo.
Poco a poco, se van encauzando los caminos, y los senderos, con los anhelos de tus deseos........
ResponderEliminarPaso a paso..........