26 de diciembre del 2012:
Triste, derrotada, sola, así me siento a día de hoy.
Lo que tenía que ser placentero, divertido, imaginativo, se
convirtió en un sueño, un mal sueño.
Pero adriana hace un poco más de un año que despertó, y aunque
ahora la pena invade su alma, su corazón se niega a renunciar a sus ilusiones a
pesar que su mente intenta convencerse de que estas ilusiones nunca jamás
volverán a su piel.
Dura lucha interna en la que habrá vencedores y vencidos, y en el
tiempo esperanza porque el cariño de la gente que la rodea merece el esfuerzo
por salir adelante.
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